Los pólipos son un tejido anormal en el interior del colon en forma de lunar o verruga. La mayoría de ellos son factores de riesgo de cáncer de colon y es por esto que hay que retirarlos.
El 90% de los pólipos son de tamaño menor de 10 mm y no dan síntomas. Por eso es tan importante hacer la colonoscopia como prevención porque es la mejor manera para encontrarlos.
Los pólipos más grandes pueden producir sangrados, dolor en el abdomen, cambio en la consistencia de la materia fecal o incluso puede no haber síntomas. Entre mayor sea el tamaño hay mayor riesgo de cáncer y es prioritario retirarlos.
Para que la prevención sea efectiva, se debe retirar el pólipo completamente porque si queda algún tejido residual puede volver a crecer.
Los pólipos de uno o dos milímetros se pueden retirar con la pinza de biopsia. Los que son entre 3 y 10 mm y algunos de los de mayor diámetro se pueden retirar completamente usando un dispositivo llamado «asa de polipectomía» que es como un lazo que atrapa el tejido anormal y lo arranca.
Hoy en día se hace esta intervención sin aplicar corriente, lo que llamamos procedimiento en frio, para disminuir riesgo de que se rompa la pared del colon.
Hay pólipos que por su forma o mayor tamaño requieren otros dispositivos como agujas para inyectar en su base, clips metálicos entre otros.
Los pólipos que llamamos pediculados, es decir que parecen que fueran el tallo de un árbol, requieren aplicación de corriente para su resección.
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